Marchas en Colombia y fuerzas del Estado: apagando una vela con un extintor

Tal vez no se trata de exigir que se desmonte el Esmad ni de satanizarlo, sino de disponer de esta fuerza especial para usarla solo en aquellos casos para los que en realidad fue creada (no es este el caso), y para operar respetando los protocolos del DIH, que incluye el manejo permitido de armas “no letales”.

Aquí lo que está pasando es que esta fuerza –integrada por agentes que obedecen órdenes sin cuestionarlas (disciplina que llaman), algunos de ellos enardecidos y con ganas de ejercer ese poder que les confieren los símbolos en los que están envueltos (no en vano les dicen robocops)–, está siendo usada por el Estado de forma desproporcionada y oportunista (como apagando una vela con un extintor), buscando deslegitimar la protesta pacífica y dispersar a los marchantes*, sin que importen las consecuencias.

Esta fuerza está siendo usada en un contexto y con unos fines distintos a los que le dieron vida, en manos de un presidente necesitado de sentir que ejerce algún tipo de poder, y que ya perdió la inocencia. De hecho ya fue capaz de esconderle al país lo que pasó en el bombardeo de agosto en el Caquetá, en el que cayeron menores de edad (¿siete, ocho, dieciocho?)** y que en su momento, con conocimiento de causa, calificó de “Impecable y meticuloso”.

Ya sabemos la retahíla, y aunque repita eso que ya sabemos, no sobra decir que no faltan las plañideras que digan que es culpa de Santos, de Petro, del Foro de Sao Paulo, del castrochavismo, de las Farrr, de… los siete enanitos, en fin, y que repiten como un estribillo que los marchantes son, entre otros, vándalos izquierdistas, vagos, violentos, y hasta ñeros (para verificar si esto es cierto bastaría con ver, sin filtros convenientes, los videos de las marchas que desde distintos ángulos ruedan por las redes, y así no tener que poner en duda convicciones inamovibles).

Vivir aferrados al pasado como argumento, buscar venganza a toda costa, sin que importe si por cuenta de ello se sacrifica a un país entero, si, como en este caso, se hiere o se mata a marchantes –solo ven y justifican las víctimas cuando son de las fuerzas de seguridad, en una situación donde no tendría por qué justificarse ninguna víctima de ningún lado–, e insistir en que todo esto es culpa de una izquierda que como una enorme sombra amenazante se cierne sobre Colombia, son síntoma de que lo que mueve las pasiones es otra cosa a la que no le quiero poner adjetivos.

Recapitulando sobre lo que dije al principio, me niego a creer que el Esmad sea una fuerza maligna que tiene que desaparecer. No los defiendo tampoco, pero sí creo que ellos, con sus arremetidas violentas, son a su manera víctimas también de la presión de unas órdenes non sanctas impartidas desde arriba.

Para concluir, a todos los que se han excedido, llámese vándalos (que sí los hay, entre ellos la tal Epa Colombia) o fuerzas del Estado, debería juzgárseles sin atenuantes.

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* Uso la palabra “marchantes” a conciencia, aunque no aparezca con este significado en el Diccionario de la lengua española, así como puedo decir “caminantes” o “viajantes”, porque es precisa y está gramaticalmente bien construida.

** https://www.msn.com/es-co/noticias/colombia/en-su-momento-duque-calific%C3%B3-de-impecable-y-meticulosa-la-operaci%C3%B3n-en-la-que-murieron-siete-ni%C3%B1os/ar-AAJWGVk

** https://www.eltiempo.com/unidad-investigativa/asi-fue-el-bombardeo-en-el-que-murieron-8-ninos-en-caqueta-432146

** https://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/cifra-de-menores-que-murieron-tras-bombardeo-en-caqueta-ascenderia-a-18-segun-testigos/20191112/nota/3977643.aspx

** https://noticias.caracoltv.com/colombia/ejercito-desmiente-que-sean-18-los-menores-muertos-en-bombardeo

¡Qué vivan los cacerolazos!

Me encanta ese recién descubierto poder que ejercen los cacerolazos. Son manifestaciones inocultables, pacíficas y espontáneas, pero contundentes, de personas comunes y corrientes que se asoman por las ventanas de sus propias casas y que salen a sus propias calles a protestar de forma estruendosa. Un consenso a golpes de cacerola.

¿El contraataque? Los actos vandálicos que empezaron a presentarse al final del primer día (#21N). ¿Orquestados y ejecutados por quién? En todo caso no por la masa que temprano salió festiva a marchar.

Con los repetidos cacerolazos, los cacerolistas han desvirtuado los argumentos del perturbado aprendiz que hoy funge como cabeza de este gobierno –y de los que tras bambalinas dirigen los hilos del Estado–. Los argumentos de un libreteado aprendiz que, prestándose a jugar juegos paralelos, por un lado ha salido a decir que va a «dialogar», pero por otro, en la práctica se ha hecho el de la vista gorda con el origen de esos actos vandálicos que han buscado deslegitimar la validez de las protestas de la masa anónima que durante estos días ha salido a marchar de forma legal y cívica.

A esto se suma el que, para distorsionar lo vivido a lo largo y ancho del país, los interesados en fomentar esa deslegitimación han contado con el apoyo del filtro informativo (¿propagandístico?) de medios masivos afines a sus intereses, que en sus franjas de información han ignorado la fiesta que antecedió a esos actos de violencia y se han enfocado en los actos vandálicos. ¿Para justificar la campaña de amedrentamiento emprendida en los días anteriores a la marcha y al paro?

Y ni hablar del filtro de los seguidores del jefe del partido de gobierno, que ahora son una indiscutible minoría (así lo muestran las urnas), pero que a través de las redes sociales han hecho de cajas de resonancia de los actos vandálicos de dudosa procedencia que empañaron el final de las primeras jornadas. Aclaro que, sin duda, muchos de esos seguidores del jefe del partido de gobierno son unas excelentes personas, que cumplen con sus obligaciones morales, cívicas, familiares. Lo sé, sin duda, porque algunos de ellos forman parte de mi familia y de mi círculo de amigos.

Pero volvamos a los cacerolazos. Esos, en esencia pacíficos pero contundentes, esos, ¡son inocultables e indistorsionables! ¡Qué vivan los cacerolazos!

El garbo de Greta

Menos mal que el discurso de Greta ha tenido impacto global. Lo celebro. El hecho de que los indígenas colombianos y de la región hayan dicho lo mismo por años y no se les haya oído no tendría por qué convertirse en un argumento para atacarla, para atacar a la persona (que porque es blanca, que porque blablabla), y no para cuestionar su mensaje.
Si los indígenas de nuestro país no han logrado tener el mismo impacto mediático nacional, y mucho menos global, con respecto al deterioro de sus territorios ancestrales, y Greta sí, no es culpa de Greta, es de cada uno de nosotros, que no le hemos dado suficiente voz a las voces de ellos. Es responsabilidad de nuestros representantes ante la ONU y otras organizaciones internacionales, sin sensibilidad social ni ambiental, pero protectores de los intereses de particulares, que se han dedicado a vender una imagen, por lo demás engañosa, de lo que pasa en Colombia.
Por fin alguien, una joven escandinava rubia blanca de ojos claros y con asperger, podría lograr que su discurso tuviera el impacto que no ha logrado, por ejemplo, el desoído clamor de nuestros indígenas.
Bienvenidos Greta y su discurso apasionado. Por fin alguien logra hacer estremecer nuestra indiferencia.
No se trata de la foto con Lagarde, ni de si la respaldan países de discurso verde claro o verde oscuro. Sus palabras son ciertas. Aquí los jóvenes, los próximos adultos de este planeta, son los que tienen la palabra. Nosotros, con nuestros costosos errores ambientales, ya vamos de salida.

Cada asesinato de colombianos, sin importar el origen de las balas, merece nuestra indignación

Ningún asesinato de colombianos se justifica por cuenta de conflictos de tierras o de intereses políticos o económicos perpetrados por grupos al margen de la ley, llámese disidencias de las Farc o grupos paramilitares. No se justifica ni el de cada uno de los 343 líderes sociales que al 3 de septiembre de 2018 habían sido asesinados en los dos últimos años en Colombia, ni el de los tres geólogos asesinados en Yarumal, que trabajaban para Continental Gold. Ninguno de estos asesinatos merece menos atención o disgusto enconado que los demás. Cada asesinato de colombianos, sin importar el origen de las balas, merece nuestra indignación.

Al mismo tiempo, cada uno de los criminales perpetradores, tanto los autores intelectuales como los materiales, sean disidentes de las Farc, paramilitares, sicarios o, incluyamos, delincuentes comunes (que de comunes no tienen nada) deberían pagar cadena perpetua por cada uno de esos crímenes. Y aunque a veces la indignación lleve a pensar que en justicia cada uno de ellos debería ser condenado a muerte, esto sería incurrir en una solución brutal y peligrosamente arbitraria (la pena capital ha ido siendo desmontada paulatimanente en muchos países del mundo, entre otras razones por el riesgo que se corre de propiciar que se ejecute a alguien injustamente, algo atroz e irremediable que ya ha ocurrido y que ha sido una de las principales razones para abolirla).

 

– https://www.eltiempo.com/…/lideres-y-defensores-asesinados-…

– https://www.elpais.com.co/…/familias-hablan-de-amenazas-que…

– https://es.wikipedia.org/…/Anexo:Pena_de_muerte_por_pa%C3%A…

Agenda política periodística

Cuando algún medio masivo de comunicación (específicamente para el caso colombiano) usa sistemáticamente términos como: «el presidente Uribe», para referirse al expresidente Uribe, y «grupo terrorista de las Farc», para referise a las Farc (que de hecho sí lo son, pero repetirlo sistemáticamente denota una intencionalidad que no es gratuita en un comunicador que conoce el efecto de la repetición), denota una estrategia calculada que forma parte de una agenda política. Los directores de medios o los editores que indican el uso de estas expresiones saben qué buscan lograr en quienes los oyen (radio), en quienes los ven (televisión) y en quienes los leen (medios impresos), y esto es no es para nada ético.

En el caso de Venezuela: La OEA tibia se evidencia

Chávez lo supo hacer bien, y logró maniatar muchas conciencias.

Increíble que la OEA flaquee de una manera tan vergonzosa en una situación como la de Venezuela. Toda esta tibieza está poniendo en evidencia la farsa de lo que es este organismo. Cómo es posible que la comunidad internacional esté avalando los abusos de poder en este país, de una manera tan evidente y desconcertante.

El guion oculto de lo que ocurre en Venezuela

Sabemos que, al igual que en cualquier proceso histórico, solo el tiempo irá permitiendo que los móviles y el efecto de los sucesos en Venezuela se decanten, que el rompecabezas se vaya armando y que se aclaren los guiones ocultos, incluido el que hay tras la forma como se ha venido divulgando la información en algunos medios colombianos.

En estas situaciones (y en las que revistan algún interés), uno toma posición (a pesar del deseo o de la intención como comunicador de pretender ser imparcial), y eso no es ni malo ni bueno, es inherente a la naturaleza humana. La realidad vista de cerca se parece a la historia de los seis ciegos y el elefante, y lo que ocurre en Venezuela no es la excepción:

Imagen

http://www.edualter.org/material/euskadi/elefante.htm

Lo que ocurre en Venezuela es un hecho inocultable, las protestas son multitudinarias, y eso refleja que el descontento es real. Puede que no sea de la población total, pero es un hecho. Y, al igual que Maduro miente e intenta negar los hechos y desviar la atención convirtiendo a Colombia en el objeto del conflicto en un esfuerzo inútil por cambiar el rumbo de la realidad, hay medios extranjeros interesados en enardecer el descontento de los venezolanos, con una actitud que suena más a retaliación que a un interés transparente por querer informar de manera equilibrada.

Que haya fracciones del ejército nuestro o algún grupo non sancto de colombianos interesados en contribuir a impulsar las revueltas no es de extrañar, sabemos que «En río revuelto, ganancia de pescadores», y que a partir de algunos fragmentos de las grabaciones de las chuzadas del Ejército se ha podido observar descontento en una parte de las filas frente a la salida negociada en Colombia (me refiero al proceso de paz  nuestro).

La guerra es un negocio, y firmar la paz en Colombia, aunque no significa que al día siguiente todos vamos a amanecer amándonos como hermanitos, sí es el principio de un largo proceso que demanda años de justicia transicional y de persistentes esfuerzos por sanar las heridas, pero al mismo tiempo, en el que, como consecuencia natural, debería reducirse significativamente el presupuesto destinado a la guerra.

La paz significa que muchos ganan, pero otros pierden: pierden tanto los beneficiarios de los multimillonarios contratos relacionados con todo tipo de insumos para la guerra, como quienes libran la batalla ideológica para la perpetuación de esta, y quieren la aniquilación de los opositores por vías violentas. Romper relaciones con Venezuela podría convertirse en un obstáculo para el proceso de paz, y eso lo saben los que saben cómo es que se hace la guerra y quieren mantenerla.

En Venezuela también hay en juego intereses de peso desde otros frentes extranjeros, adicionales a estos que aquí menciono, como la distribución de las cuotas en el abastecimiento de petróleo, el empoderamiento en Venezuela de potencias extranjeras ajenas a los intereses de otras potencias de la región, y que están situadas en diferentes extremos ideológicos (y económicos), la razón de fondo de la llamativa inversión en armamento hecha por Venezuela en los últimos años (desde los tiempos del «pajarito» que le habla al oído a Maduro), en fin, que forman parte del guion oculto en este conflicto.

Total, la metáfora de los seis ciegos y el elefante viene como anillo al dedo para darle una perspectiva más clara a esto que está ocurriendo en Venezuela.

En cuanto a Maduro, como ya lo sabemos, está intentando apelar al viejo truco de tratar de desviar la atención por medio de la creación de un enemigo externo (Colombia) y de la provocación con ataques verbales, para engancharnos en el juego. ¿El Gobierno le comprará el boleto? Mi deseo es que no.

El papel de la ONU en la destitución de Petro

Lo grave de la destitución de Petro no es que se trate de Petro. No hay que ser petrista, como de hecho no lo soy, para estar en desacuerdo con la toma de una decisión como estas, en las que hay una extralimitación de poderes (otra más) por parte del Procurador.

Y yo me pregunto: ¿en dónde radica el verdadero poder de este funcionario público? ¿Por qué Ordóñez tiene tanto poder? ¿Quienes fraguaron esta destitución lo hicieron desde la sed de poder y la prepotencia? ¿Midieron las consecuencias? ¿Las subvaloraron o, por el contrario, las desearon? ¿Tiene algún trasfondo que busca reacciones para sabotear el proceso de paz?

Ahora hay que ver qué pasa cuando salte a los medios el próximo abuso de otro funcionario público, el próximo carrusel, el próximo villancico o se inventen la próxima cortina de humo para dar vuelta a la página, y las cosas sigan igual.

Ojalá la ONU logre ejercer una autoridad que esté por encima de la trama oculta en los juegos de poder que impiden que el Estado sí vele realmente porque la «democracia» sea más que una bonita palabra.

http://www.semana.com/nacion/articulo/onu-cita-al-procurador-por-destitucion-de-petro/367840-3

De regreso

Estoy  de regreso a Markota, luego de casi dos años de ausencia (con un paréntesis hecho el año pasado). He estado haciendo un recorrido por los espacios de mi residencia virtual, y veo que tengo mucho trabajo por hacer: hay telarañas, el polvo acumulado sobre los muebles ha recubierto todo de un color uniforme y gris, los jardines están invadidos por las malezas, hay humedades en los techos y paredes, algunos amigos se han mudado o cerraron sus espacios para siempre, el hermoso vecindario que conocí y que fue testigo de tertulias, solidaridades y debates se ha desintegrado. Otros se fueron de vacaciones desde hace meses, desde hace años, y aunque, al igual que yo no derrumbaron la historia construida, no han regresado.

¿Adónde se fueron tantos?

Pero, hay también hay otros entrañables que tienen sus blogs vivos, vitales y enriquecidos. ¡Qué bueno! ¡Ya tendré la oportunidad de visitarlos!

La trivialización del horror

‎»El patrón del mal». Solo había visto el primer episodio, así que en estos días me devoré el resto de la serie, hasta ponerme al día y llegar al capítulo actual. Es agarradora, no se puede negar. Pero es una serie superficial, que trivializa el horror de lo que hicieron Pablo Escobar y sus hombres. Que peca por la desequilibrada caracterización de los personajes. Que no logra traducir la dimensión de lo que vivimos en ese entonces, así muestre disparos y sangre. Que les da un toque pintoresco a esos monstruos y un matiz mediocremente melodramático a los que en un acto entre valiente y suicida se les enfrentaron.
Y está bien que haya quienes digan que una serie de estas no tiene por qué buscar ser moralizadora (o algo así), pero sí creo que hay una responsabilidad que asumir frente a una audiencia que es hija directa (en el sentido biológico e ideológico) de esos valores que Escobar fue sembrando por todas partes en un campo abonado por el abandono del Estado y por las carencias.
Me imagino que les ha ido muy bien con la pauta comercial, porque, a medida que avanza, los creadores han ido abusando cada vez más del viejo truco de ir estirando el tiempo que le dedican al recuento del capítulo anterior y a los avances del siguiente y, me imagino, al volumen de pauta comercial, porque ahora el tiempo total, que empezó con alrededor de 45 minutos por capítulo, en los últimos está alrededor de los 28 minutos. Además, han ido apelando cada vez más al recurso del suspenso para dilatar, no como recurso para narrar (al menos así se percibe), los desenlaces trágicos que ya se sabe que vendrán.

Primavera

Los primeros brotes de las plantas se asoman esperando el santo y seña para vestir de verde la primavera.

Algunas flores, anticipadas mensajeras, se abrieron tempranas para dar la bienvenida a la fiesta de colores.

Primavera

Justicia para los primos Nule

Hay que protestar para que a los primos Nule, señalados como autores del llamado «Carrusel de contrataciones» irregulares en Bogotá, les den las condenas que en justicia les corresponda, sin maromas de leguleyos (mejor aún, a pesar de las maromas que puedan intentar hacer los leguleyos).

En la imagen, y de izquierda a derecha, los que Semana denomina "Los tres tenores": Manuel, Miguel y Guido Nule. A la derecha, Mauricio Galofre, señalado como socio de los negocios irregulares dell conglomerado Nule.

En la imagen, y de izquierda a derecha, los que Semana denomina "Los tres tenores": los hermanos Manuel y Miguel Nule Velilla y, en tercer lugar, su primo Guido Nule Mariño. A la derecha, Mauricio Galofre, señalado como socio de los negocios del conglomerado Nule.

Sobre los Nule pesan cargos por falsedad en documento público, peculado por apropiación, fraude, cohecho y concierto para delinquir. Se les acusa de haber defraudado a más de 10 000 personas y de haber desviado hacia cuentas en el exterior más de 2000 millones de dólares que se les habían asignado para la ejecución de obras públicas.

Se les acusa de haber dejado abandonadas obras no solo en la capital de Colombia, sino en otras regiones del país.

Merecería más años de cárcel cualquiera de ellos que el asaltante que entra armado a robar un banco. Un atracador no alcanza a sacar en un asalto tanto dinero como, al parecer, se han embolsillado estos yuppies, que después de haber huido a Miami y a Roma, tuvieron que regresar a rendir cuentas a Bogotá ante la amenaza hecha por la fiscal Vivianne Morales de extender una circular roja de la Interpol.

Lo delicado es que los cargos contra ellos, que involucrarían a funcionarios públicos y al mismo alcalde de Bogotá, Iván Moreno Rojas –y que serían una oportunidad de excepción: la punta de la madeja para destapar el nido de ratas que subyace bajo las impecables curules de los ediles–, por esta misma razón están expuestos a distorsionarse o a desaparecer, debido al poder de corrupción para callar testigos, manipular o desaparecer pruebas, etc., situaciones que serían apenas lógicas si involucran a personajes de antemano corruptos o corrompibles.

Basta con decir que a los Nule se les acusa de destinar 4500 millones de pesos para pagos a funcionarios corruptos.

De no hacerse justicia, afuera les esperarían sus blanqueadas fortunas heredadas en vida por parientes (o por allegados) testaferros.

Más de un cerebro joven e inescrupulosamente ambicioso hará cálculos en voz baja, y habrá quien piense que por el premio vale la pena someterse a unos cuantos añitos de cárcel en una celda tipo Premium.

El deber cumplido (un cuento)

Esta tarde el presidente de la fábrica de armas de largo alcance apagó satisfecho el computador de la oficina.

El nuevo conflicto armado estaba cobrando más fuerza de lo proyectado, las gestiones de mercadeo y ventas estaban arrojando excelentes resultados y sus clientes habían incrementado sensiblemente el volumen de los pedidos. Ahora el lío había sido reajustar con sus sabios el plan de compras de insumos y materias primas y, además, reestructurar todo el programa de producción. Pero subcontratando procesos, comprando con buenos descuentos a otros productores de menor tamaño y reajustando aquí y allá, habían ido obteniendo el stock para cumplir con el 100 % de los pedidos.

Ahora el nuevo presupuesto del trimestre –y todo parecía indicar que también el del semestre– se iba a cumplir con holgura.

Pocas cosas comparadas con la satisfacción del deber cumplido. Esta noche pensaba celebrar discretamente en familia: con su esposa y sus tres angelicales hijitos.

Des-Chaveztados

Es clara la orden para los seguidores de Chávez cuando están frente a un opositor o ante un medio de comunicación: hablar sin tregua, sin dar pie para que se les corte el discurso y sin dejar oír ninguna de las palabras que intente modular el opositor. ¡Es un ruido agresivo e irrespetuoso tanto con el interlocutor como con el público! ¡AH! Y no pueden dejar por fuera la trasnochada y desgastada palabra «imperialismo».

¿Jubilar la tilde?

á é í ó ú

Reproduzco aquí un comentario que escribí en una interesante entrada publicada por Fabio Villegas Botero en Equinoxio, llamada «Las tildes al diccionario».

Han pasado veintiocho años desde cuando García Márquez nos regaló en Zacatecas ese bello discurso conocido como «Botella al mar para el Dios de las palabras», sobre la jubilación de la ortografía.

Yo me cuento entre los defensores de la tilde; sobre todo, por asuntos prácticos. Esta es mi explicación del porqué.

La tilde cumple una función bien interesante en el español: señalar gráficamente las excepciones a la regla. Los profesores de español les enseñan a los extranjeros que en nuestro idioma las palabras que terminan en VOCAL, N o S tienen el acento en la penúltima sílaba (margen, frase, martes). Esto quiere decir que si terminan en una letra diferente y no tienen acento gráfico (tilde), son agudas: coctel, misil, estructural, ardid, hablar, reloj, pertinaz.

Cuando se altera este principio, hay que señalarlo. Y una solución práctica para señalarlo es mediante un recurso gráfico, que en el español es la tilde: cóctel, mísil, árbol, camión.

¿Y cómo indicamos que esa palabra que termina en vocal no es llana sino esdrújula o sobresdrújula? La única forma conocida en español (salvo cuando el contexto evidencia el lugar donde debe ir la acentuación) es la tilde. Esto es fácil de verificar; para ello retomo un modelo que usaste: Hábito, habito, habitó. / Tráfico, trafico, traficó. / Término, termino, terminó. / Esdrújula.

Cuando tenemos juntas dos vocales cerradas (iu, ui), dos vocales iguales o una vocal abierta (a, e, o) y una cerrada, hay diptongo.

Para el caso de la abierta y la cerrada (sin importar el orden), el acento va sobre la vocal abierta (el diptongo se rige por las normas generales de acentuación): oiga, óigame, bonsái. Cuando se rompe esta regla, es decir, cuando el acento va en la vocal cerrada y no en la abierta, también se rompe el diptongo, y el resultado es un hiato, una ruptura de la sílaba.

¿Cómo indicamos, entonces, la presencia de este caso de hiato? Lo señalamos con una tilde, sin importar la posición del hiato: baúl, grúa, comía, ahíto (la h no afecta al hiato). Los demás hiatos (dos vocales iguales o dos vocales abiertas diferentes) se rigen por las normas generales de acentuación.

Alguien que no sepa de memoria dónde queda el acento de una palabra (sea un hispanohablante o un extranjero), muy posiblemente la acentuará basándose en la regla de la VOCAL, N y S. Por ejemplo: ¿dónde llevan el acento palabras como: barbajan, furfuraceo, aspalato, ambidos, etc.? No es lo mismo río que rio; fío que fio; confiás que confías; pelícano que pelicano; contrarias que contrarías.

Con respecto a las tildes diacríticas, son una solución para resolver los casos de ambigüedad, aunque no siempre son indispensables. Un ejemplo que les pongo a mis alumnos es:

Si Carlos y María compraron carros usados, ¿por qué compraron estos carros usados? ¿A qué se refiere <b>estos?</b> Necesariamente se refiere a los carros usados. ¿Y si quería referirme a Carlos y María?… Debo precisarlo con una tilde: ¿Por qué compraron <b>éstos</b> carros usados? Claro que otra opción sería reescribir la pregunta, y hasta quedaría mejor redactado.

Soy de los que escriben guion sin tilde: me parece que es consecuente con la norma, porque la U es muda y su función (salvo las variantes regionales señaladas por la RAE) es señalar que se debe leer como  G y no como J. En cuanto a lo de truhán, no lo sabía, no lo había notado y, ahora que lo leo, me parece que tiene toda la lógica, porque es un diptongo mediado por una H, en este caso tan muda y tan inútil como nuestro entrañable apéndice (al igual que la H de los hiatos ahíto, vehículo, búho, etc.).

En fin, la historia es más larga: faltan los triptongos y otras menudencias, pero mi objetivo básico era argumentar por qué en español el uso de la tilde tiene lógica y coherencia.

En otros aspectos de discusión que están en boga, no me gusta el «todas y todos», ni el «juez y jueza», no «coloco» casi nada y seguiré acentuando sólo (solamente), aún (todavía) y las palabras interrogativas para preguntas directas e indirectas, porque, ya sea por facilismo o por  moda, sería crítico prescindir de la diacrítica.

Un saludo virtual.

Mi definición de BlackBerry

Patética pandemia de autismo asociado a comportamiento esnob-obsesivo-compulsivo.

¿Arrepentidos por el escándalo de las ‘chuzadas’? No les creo

Las intercepciones que hizo el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, conocido como «el escándalo de las chuzadas (o pinchadas)», son un hecho en extremo escandaloso. Lo que pasa es que en Colombia hemos vivido tantas cosas extremas que hace rato perdimos la capacidad de asombro.

Según dice el artículo «Los arrepentidos», publicado por la revista Semana, los autores intelectuales y materiales que orquestaron esta infiltración (que buscaba recopilar material para desprestigiar a los magistrados y a otros personajes) han sido sometidos a condenas que rondan los ocho años. No solo me parece  corta esta condena para castigar hechos tan graves, sino que no les creo.  Todos lucen tan arrepentidos por lo que hicieron… y hasta les piden disculpas a sus familias, como si ellos mismos hubieran sido unas víctimas.

Pero, si su trabajo era hacer inteligencia por orden del Gobierno, es una paradoja que hubieran obrado ingenuamente. No me cabe en la cabeza que ninguno hubiera tenido el menor criterio para pararse a reflexionar un poco sobre lo que estaba ocurriendo.

¿Qué buscan con sus confesiones? ¿Empezar a recobrar pita para lograr rebaja de penas y obtener una pronta excarcelación? Aunque la sentencia precisamente, y no solo, por lo absurdamente corta debería ser inapelable, algo me dice que algunos de ellos (seguramente los autores intelectuales) apenas olerán el cemento de las celdas, porque la rebaja de penas: por colaborar con la justicia, por buen comportamiento, por tender la cama, por lavarse los dientes todas las noches, etc., les permitirá retornar muy pronto a las calles exonerados de culpas. ¿O es una contraofensiva orquestada para desprestigiar a Uribe? (No soy uribista, pero tampoco soy ciega). Y sí es así, ¿cuál es el colofón de esta estrategia (que podría extenderse allende las fronteras…)?

Las ‘chuzadas’ son ciertas, de eso no cabe duda. Pero me producen desconfianza no solo las confesiones de los acusdados, tan similares en los términos utilizados y tan sincronizadas en las acusaciones, sino sus reiteradas disculpas públicas a Piedad Córdoba (las actuaciones de ella han sido suficientemente públicas como para pretender desconocerlas).

En cuanto a lo que le pueda esperar a Uribe, sus detractores no necesitarán de estas ‘ayudas’. Ya estamos empezando a asistir a la develación del trasfondo de su uso del poder (no usaré el sustantivo ‘abuso’, para evitar hacer un juicio de valor). En mis clases de redacción les doy a mis alumnos un taller sobre el uso de la tilde que se llama: «El juicio de la historia». Es un artículo que tomé de internet, y que dice que el paso del tiempo va permitiendo tomar distancia y decantar el balance de las actuaciones de los gobernantes, para ir concediéndole a cada ex presidente el lugar que le corresponde en la historia. Uribe también tendrá el suyo.

Un rumorólogo que quiso frenar los rumores sobre sí mismo

Tremendo movimiento de apoyo el que ha surgido en la blogsofera colombiana alrededor de Tomáz, autor del blog Mundo desgrafiado, que fue presionado por el asesor jurídico de J.J.Rendón para que borrara una entrada  (fuertecita) que Tomáz escribió criticando a este personaje que se autodenomina  «experto en rumorología».

Las voces de protesta se multiplicaron en varios idiomas, a través de Global Voices y a través de diferentes blogs que lideraron el debate, y que aquí enlazo, especialmente a través del propio Mundo desgrafiado y de Equinoxio, en cabeza de Lully.

Otros como Blueandtanit recuperaron el Caché de Google que contiene el archivo del artículo borrado.

J.J. salió bastante mal librado de sus pretensiones y, vía Twitter,  terminó por desistir de sus aspiraciones de debatir alrededor de la libertad de expresión -pero de la libertad de él mismo-, y entre varios blogueros le desmontamos sus argumentos.

Interesante movimiento en pro de la defensa de un derecho.

La audacia de los tatuados

(El texto original de esta columna fue publicado, en el periódico Vivir en El Poblado, del cual soy columnista desde el año pasado)

Ilustración de Kuniyoshi, Utagawa (歌川国芳)

Ilustración de Kuniyoshi, Utagawa (歌川国芳)

La primera vez que vi en vivo y en directo a una persona tatuada fue hace muchos años, y no fue a una sino a dos, hombres jóvenes y mellizos para más señas, que habían ido haciendo de su piel una especie de mural callejero, en el que de manera arbitraria habían ido buscando lugar, a lo largo y ancho de sus anatomías, para repartirse y acomodar palabras, figuras geométricas, mariposas, sendos ángeles de plumosas alas, dragones y hasta la cabeza de Antínoo ahogado, flotando en las aguas del Nilo, con las pirámides de Egipto como telón de fondo.
Esta forma de relacionarse con sus cuerpos me evocaba la hermosa película Escrito en el cuerpo, de Peter Greenaway (The Pillow Book, Francia-Reino Unido; 1996), que gira alrededor de la piel como papel y lienzo, y que inicia con la historia de una mujer que guarda el recuerdo de la hermosa caligrafía japonesa que durante los años de infancia y adolescencia su padre le dibujaba en el rostro para cada cumpleaños; obsesionada con revivir esta experiencia en su vida adulta, un día encuentra a un amante que logra satisfacer su deseo y que prolonga de manera dramática su historia, en una especie de ritual cargado de drama, sensualidad y poesía. Seguir leyendo ‘La audacia de los tatuados’

Tabaco y bibliotecas

Esta mañana recibí en mi correo personal el siguiente boletín de prensa:

Fundalectura, el Ministerio de Cultura y Coltabaco, se unen para lanzar la segunda convocatoria de Tertulias Literarias Japonesas Katarou II, que llegó a 17 municipios cuyas bibliotecas han sido construidas con el aporte del gobierno japonés y han sido dotadas por el Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas.

Una idea tan buena como la de esta convocatoria no se merece un patrocinador como éste. ¿Cómo es posible que el Ministerio de la Cultura se una con una tabacalera, para hacer un evento que, necesariamente, avala a sus patrocinadores? Es una contradicción absurda. Es como si el Ministerio de Justicia o el Ejército Nacional se unieran con el Bloque Cacique Nutibara para hacer campañas de sustitución de cultivos o de reparación a las víctimas. Seguir leyendo ‘Tabaco y bibliotecas’


Un punto de vista muy personal

Este es el blog de Marta Restrepo. En él se expresan todas las Martas que me habitan: la racional, la emocional y todas sus subdivisiones.

Algo sobre mí

Entrevista en equinoXio, en la columna de Lully: "Al desnudo en mi balcón".

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