Archive for the 'Pensamientos ajenos' Category

La respuesta a lo que pasó con BlogsColombia

Rastreando información en la red acerca de lo que ocurrió con BlogsColombia, acabo de enterarme en el blog Campus Comunicativo de que el agregador colombiano está fuera de la red porque superó su límite de tráfico, y que su normal funcionamiento se restablecerá en unos días.

La razón sí es muy seria y, sobre todo, muy buena.

¿Por qué será que nunca he podido ver un OVNI?

Nunca he podido ver un Ovni. Tal vez es porque es muy poco probable que existan (por no decir que, por ley deOvni probabilidades, es prácticamente imposible). O porque creo que son un producto de la fantasía. Y aquí ocurre como con los fantasmas y con tantas otras cosas de la vida: para ver, hay que creer. O estar dispuesto a hacerlo. Yo estuve a punto de ver uno; pero no lo vi.

¿Por qué no existen los Ovnis? Esto lo explica con argumentos el Físico y profesor Jorge Zuluaga en un artículo publicado en su blog Astro-Physics Today. El artículo, titulado: OVNI: Objetos Voladores Neciamente Identificados, rebate con argumentos la probabilidad de que existan este tipo de seres y naves.

UFOConozco a varias personas que aseguran haber visto fantasmas y ovnis. Una de mis hermanas, no voy a decir cuál, pero tengo permiso de ella para contar la historia, está convencida de haber visto un OVNI. Con toda seriedad quiero aclarar que mi hermana no duda de lo que dice, que es completamente sincera al contar su experiencia y que no ha necesitado inventar historias fabulosas para llamar la atención.

Ocurrió hace muchos años, en una limpia y despejada noche, en el oscuro barrio donde nos criamos, que en ese entonces quedaba en las afueras de Medellín (el voraz crecimiento de la ciudad hace rato se tragó mi barrio, casi sin que nos diéramos cuenta de cuándo y cómo ocurrió). Como no me acordaba muy bien de esa noche, solo recordaba que ella estaba muy pálida y asustada, la acabo de llamar para que me refresque la historia, y es ésta:

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Me uno a la campaña de «Soy libre, soy blogger»

Como resultado del movimiento solidario que se ha creado en Colombia alrededor de ese o esos hacker silenciosos que atacaron a varios blogs amigos, y de los cuestionamientos que surgieron de este ataque solapado, mi colega Víctor Solano (Le estoy dando como mucha pantalla 😉 ) en su bitácora ¿Comunicación? publicó una lista de planteamientos en pro de la defensa de la libertad de expresión, para los blogueros. Son planteamientos con los que me identifico, por lo que decidí adherirme.

Según dice el texto original:

Usted puede copiarlo, modificarlo, agregarle premisas o quitarle aquellas que no considere pertinentes; cambie los verbos o cualquiera de las palabras que le disgusten para que llegue a un texto con el que se sienta plenamente identificado. Seguir leyendo ‘Me uno a la campaña de «Soy libre, soy blogger»’

«Ladrillos de la belleza»

Este poema, así como la reseña sobre el autor que aparece en el pie de este post, lo recibí de la revista y cultura en la red llamada Enfocarte.com, a la cual estoy suscrita:

Ladrillos de la belleza
Manuel Graña Etcheverry*

Dentro de tu cabeza,
que tiene pocos centímetros de diámetro,
cabe un megaparsec,
o sea más de tres millones de años luz,
y algo más de doscientos mil siriómetros
(y no importa que me haya equivocado
en las cuentas).
Tú puedes fraccionar esa distancia
en kilómetros, en metros, y hasta en micromicrones.
Puedes reducir todas las cosas
a porciones minúsculas:
los cuerpos a moléculas,
y a átomos,
y escandir más allá, hasta mínimas nadas.
También puedes fraccionar los volúmenes
y expresarlos con números y exponentes.
Puedes desmenuzar
el ritmo de una melodía,
o de un verso,
y reducirlos a esas partes componentes
cuya sucesión te produce
aquella necesidad de retorno de que hablan los tratadistas.

Pero dime, tú que buscas los gránulos mínimos,
los componentes básicos,
los menudos ladrillos invisibles
de las cosas,
dime cuál es la menor partícula,
cuál es aquel ingrediente
primigenio e infracelular
que sumado a otro
y a un puñado de iguales -o distintos-
hace resplandecer de pronto la belleza
en la forma de un rostro,
de un cuadro o de una estatua
o de un poco de tinta en un papel.
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Descubrí a Gioconda Belli y me emocionó

Por sugerencia de mi jefa y amiga, AnaBeChe, busqué y descubrí en internet a la poeta nicaragüense Gioconda Belli.

Belli, quien también es novelista, nació en Managua en 1948. A sus 30 años ganó el premio de poesía «Casa de las Américas», en Cuba, por su libro «Línea de fuego». En 1988, cuando tenía 40 años, publicó su primera novela, «La mujer habitada», que ha sido traducida a 11 idiomas.

Me gustó mucho lo poco que he leído de su poesía, así que me lanzaré a la calle a buscar sus libros impresos.

Aquí reproduzco uno de sus poemas:

Cómo pesa el amor

Noche cerrada
ciega en el tiempo
verde como luna
apenas clara entre las luciérnagas.

Sigo la huella de mis pasos,
el doloroso retorno a la sonrisa,
me invento en la cumbre adivinada
entre árboles retorcidos.

Sé que algún día
se alzarán de nuevo
las yemas recién nacidas
de mi rojo corazón,
entonces, quizás,
oirás mi voz enceguecedora
como el canto de las sirenas;
te darás cuenta
de la soledad;
juntarás mi arcilla,
el lodo que te ofrecí,
entonces tal vez sabrás
cómo pesa el amor
endurecido. Seguir leyendo ‘Descubrí a Gioconda Belli y me emocionó’

El arte de la guerra, según Sun Tzu

«Evita el combate que no puedas ganar».

Eso dice Sun Tzu, un estratega militar chino que escribió el que se considera uno de los primeros textos sobre estrategia y táctica militar. Se cree que Sun Tzu, vivió alrededor del siglo IV a.c.

Algunas de las perlas que encontré en «El arte de la guerra» dicen:

  • Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega.
  • En consecuencia, un general inteligente lucha por desproveer al enemigo de sus alimentos. Cada porción de alimentos tomados al enemigo equivale a veinte que te suministras a ti mismo. Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cuaquier lugar a donde vayas.
  • Así pues, la regla de la utilización de la fuerza es la siguiente: si tus fuerzas son diez veces superiores a las del adversario, rodéalo; si son cinco veces superiores, atácalo; si son dos veces superiores, divídelo.
  • La defensa es para tiempos de escasez, el ataque para tiempos de abundancia.En consecuencia, un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.Esta es la diferencia entre los que tienen estrategia y los que no tienen planes premeditados.
  • Cuando induces a los adversarios a atacarte en tu territorio, su fuerza siempre está vacía (en desventaja); mientras que no compitas en lo que son los mejores, tu fuerza siempre estará llena. Atacar con lo vacío contra lo lleno es como arrojar piedras sobre huevos: de seguro se rompen.
  • Una vez que no tienes forma perceptible, no dejas huellas que puedan ser seguidas, los informadores no encuentran ninguna grieta por donde mirar y los que están a cargo de la planificación no pueden establecer ningún plan realizable.
  • Existen cinco clases de espías: el espía nativo, el espía interno, el doble agente, el espía liquidable, y el espía flotante. Cuando están activos todos ellos, nadie conoce sus rutas: a esto se le llama genio organizativo, y se aplica al gobernante.

También encontré en la misma página un completo glosario de estrategia militar:

«El arte de la estrategia, el libro de los cinco anillos», escrito por Miyamoto Musashi.

P.D. Más tarde, en la noche: Fernando, autor del blog Guatemalteco: Pensamientos, escribió un post muy bien documentado sobre este mismo libro.

Guerra y deserción, atrapados en los imperativos de la genética

¿Cómo entiendo yo la necesidad de ir a la guerra que sienten los hombres de la especie humana, sin importar el lugar del planeta donde esto ocurra? ¿Por qué la deserción es considerada una falta demasiado grave? Esta reflexión me la hice en un comentario que escribí luego de leer el completo artículo «Cuando la deserción no es una opción«, que publicó Thilo Hanish en su blog OIMC, como parte de otra discusión surgida de un artículo publicado en Equinoxio.

El párrafo inicial del comentario era el siguiente:

“Por supuesto que la gente no quiere la guerra. Pero después de todo, son los líderes de los países los que determinan la política. Siempre es una simple cuestión de manipular al pueblo, sin importar que se trate de una democracia, una dictadura fascista, un régimen parlamentario o una dictadura comunista. Bien sea con voces a favor o en contra, la gente siempre responde al clamor de sus líderes. Es fácil. Todo lo que usted tiene que hacer es decirles que están siendo atacados, y denunciar a los pacifistas por su falta de patriotismo, y por exponer a su país a un peligro mayor.”

Este fue mi comentario:

Thilo, el párrafo inicial de este artículo es cierto. Nada mejor que buscar un enemigo externo, una amenaza intangible para empezar a manipular las masas y despertar los más fieros nacionalismos. El ser humano tiene la propensión a formar hordas para atacar o defenderse; en ese sentido la dotación genética nos traiciona. Eso es una bola de nieve que se retroalimenta.

Y Goebbels, el asesor propagandístico del Fürer fue un verdadero maestro para manipular y crear verdaderos fenómenos de masas. De hecho, Goebbels todavía es un referente obligado para el estudio de la opinión pública.
Una de las características de los criminales de guerra que fueron enjuiciados en Nüremberg era su certeza de haber hecho lo correcto y de haber obedecido ciegamente las órdenes que les impartieron. Todos ellos tenían profundamente arraigado el sentido de la obediencia.

Desde el punto de vista racional, no le veo sentido al concepto de patriotismo a ultranza o a tener que ir a una guerra para morir en defensa de egos ajenos. Pero la razón se hace a un lado cuando operan las instrucciones que dictan los instintos. Mientras exista la especie humana siempre estará presente la tentación de fabricar alguna guerra en uno o muchos lugares del planeta, para acumular ya sea tierra, poder, recursos, petróleo, llevarse un punto, aniquilar a un enemigo imaginario o real, etc. A lo largo de la historia siempre ha habido guerras y siempre los hombres han ido a ella, a luchar por defender los intereses de una línea de división ilusoria llamada «frontera», «nación», «patria», «libertad» o «verdad». Todos conceptos subjetivos, con los cuales tenemos una relación figurada.

El concepto de lealtad a la patria, de ir a la guerra a defender esa línea ilusoria es solo la obediencia a nuestro instinto gregario. No actuar junto con el grupo se interpreta como una grave traición, porque así está marcado en nuestros genes.

El impulso de actuar en conjunto fue una herramienta fundamental de supervivencia de nuestros antepasados, cuando vivían en pequeños clanes y en grupos familiares, pero hoy no hay fieras que acechen en la oscuridad y los alimentos los podemos conseguir en las góndolas de los supermercados. Pero el instinto sigue ahí. Como digo en un poema mío, los genes son un «eviterno vital confeti que desde lo ínfimo gobierna mis instintos. Soy animal ritual, pavo real, soy marioneta gobernada por invisibles hilos».

Entender y legitimar la objeción de conciencia es un acto de civilización, que, por esa misma razón, va en contravía de los instintos. Desde el punto de vista racional, no ir a la guerra, estar en desacuerdo por cobardía, humanitarismo, pacifismo o como quiera que se le pueda llamar, es un delito, porque va en contra de la norma dictada por los genes.

Sin embargo, cuando logro entender al menos un poco cómo es que opera en mí ese instinto, cuando logro permitirme ser razonable, puedo ver lo absurdo de ciertos actos que me inducen a actuar en abstracto, desde lo más primitivo de mi cerebro límbico.

Ahora, ¿qué pasa cuando nuestras fronteras son atacadas? ¿cuáles fronteras? ¿por qué siento que pertenezco y que tengo poner en juego mi vida para defender un pedazo de tierra que nunca antes en mi vida había visto, en nombre de una «patria» de la que solo tengo una representación mental?

Sin embargo nuestros hombres seguirán yendo a la guerra, a defender o a atacar. Y yo seguiré haciendo mis reflexiones, así no sean prácticas.

En busca del blogger perfecto

No sé si me he perdido de algo por ser más o menos una recién llegada a la blogosfera, pero aun no tengo bien claras las normas del bloguero ideal o del blogger perfecto. No sé dónde hay manuales con sugerencias o decálogos para hacerlo bien sin tener que hacer el aprendizaje a punto de resbalones, traspiés y «achantes» por metepatas.

Pero la blogosfera es agradecida: los resultados son directamente proporcionales a mis esfuerzos y he ido aprendiendo. Por ejemplo, que hay normas de etiqueta en la red, tales como la de «contesta cuando te saludan» y «procura no hacer comentarios muy extensos en blogs ajenos». Trata de no escribir muy extenso en el tuyo (cosa que a veces me da una dificultad enorme, no porque no sea capaz de hacerlo, sino porque siento que tengo que expresar las ideas tan completas como me sea posible).

Me confieso autodidacta, como creo que son casi todos los que por aquí navegan. Yo, que por mi oficio y calendario no tenía entrenamiento previo en estas lides, me siento inteligentísima cada vez que hago nuevos descubrimientos o encuentro una función nueva en un ícono que no me había atrevido a abrir. Es que este cuento está tan bien estructurado, que uno puede ser autodidacta y hacerlo cada vez mejor. Además, como ya lo dije en otra oportunidad, me apoyan desde support de WordPress, cada vez que grito pidiendo ayuda.

Hago este comentario a partir del «Manifiesto del mal blogger», que republicó mi amigo Thilo. Este manifiesto me sirvió para liberarme de la esperanza de llegar algún día a millones de personas en la red (Según acabo de ver en Technorati, en la red somos 55 millones de bloggers; una población mucho más grande que la de Colombia entera). Tomar conciencia de que formo parte de una inmensa torre de Babel, en la que escribo para mi propia satisfacción y para el goce de interactuar con algunos nuevos amigos, me resumerge en el anonimato que da el hecho de ser una célula dentro de la web, que funciona de manera equivalente a la forma como opera el cerebro de un enorme organismo.

Según dice el neurólogo Rodolfo Llinás en su libro «El cerebro y el mito del yo», no tengo a la mano las palabras exactas, la creación humana que más se aproxima al nivel de complejidad del cerebro es la internet. Creo que luego escribiré sobre este tema, que me apasiona.

NOTA POSTERIOR: Sin embargo, yo no llegué a los blogs por mi propia iniciativa, sino empujada (porque fui terca) por un ser muy especial. Luego, llegó Mauricio Múnera, quien fue esencial en el montaje del blog a mi cargo que forma parte de las herramientas para dictar el curso de español de la Universidad de Bergen, desde Medellín. Mauro fue mi maestro para hacer los primeros pinos en la creación del blog de la universidad. De ahí pude empezar a volar sola ¡Qué regalo tan enorme me dieron estos dos hombres!


Un punto de vista muy personal

Este es el blog de Marta Restrepo. En él se expresan todas las Martas que me habitan: la racional, la emocional y todas sus subdivisiones.

Algo sobre mí

Entrevista en equinoXio, en la columna de Lully: "Al desnudo en mi balcón".

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