Archivo de marzo 2007

Más que profesora, alumna

Todo está bien. No podría estar mejor. Largas jornadas de entrenamiento en la docencia y unos enormes deseos de poder comunicarle algo útil a jóvenes llenos de vida y de ganas, que, como pichones ávidos de alimento, abren sus bocas y sus ojos a la espera de poder descubrir cosas que los entusiasme; de señales que les confirme que valió la pena optar por la profesión que escogieron. Más que profesora, alumna. Tremenda responsabilidad…

En los últimos días también he sido la acompañante un grupo de muchachos más avezados, que desean aprender a escribir bien. Son estudiantes de diferentes carreras, que están a las puertas de convertirse en unos excelentes profesionales.

Preguntas «corchadoras» y la versión virtual del Diccionario Panhispánico de Dudas todo el tiempo «bajo el brazo» (más varios libros y uno que otro documento) como un puerto seguro, como un bálsamo sanador, y una lupa permanente proyectada en cada texto.

He invertido muchas horas en la tarea de refrescar y actualizar la teoría que soporta esas reglas del español que sé aplicar con cierta habilidad, pero que debo transmitirle a otros, para que ellos, así algún día vuelvan a olvidar la teoría, interioricen las normas y puedan usar nuestro amado español con la conciencia de que tienen el deber de escribir de una forma tan cercana a lo impecable como les sea posible.

He estado en función de la escritura y de la corrección, pero sin un solo segundo para escribir lo mío. La excepción a esta regla (a propósito de reglas) ocurrió la semana pasada, cuando publiqué un artículo en EquinoXio; tuve el honor de recibir una invitación de mi amiga virtual Lully, autora del blog Reflexiones al Desnudo, para que participara en un especial que hizo EquinoXio sobre el Día Internacional de la Mujer. Además, recibí la honrosa invitación de Marsares, el editor de esta revista virtual, para que entrara a formar parte del equipo, ¡de manera permanente! Y, claro, ¡acepté!. ¡Estoy muy contenta!, ¡me siento muy orgullosa!

Creo que, por fin, ahora sí puedo retomar a Markota con un poco más de holgura. Tal vez ya me queda posible volver a disfrutar de este espacio virtual que tanto aprecio.

Félix, mil gracias, ¡gracias amigos por seguir aquí! ¡Los he extrañado muchísimo! Llegué a temer que mi Markota se muriera de inanición.

Aquí de nuevo

Mi vida dio un vuelco de 180 grados en los últimos tiempos. De tener una rutina relativamente reposada, he ido pasando, casi sin darme cuenta, a una espiral de actividades y compromisos con los que a duras penas puedo respirar. Largas jornadas de trabajo y fines de semana sin descanso. Vida social tendiente a cero y libros que me acompañan en silencio desde el estante que hay detrás de la cabecera de mi cama. Una película vista cada fin de semana, casi en secreto, en una pausa robada a la responsabilidad.

Sin embargo, no pienso dejar ninguna de las cosas que estoy haciendo; estoy apegada a cada una de ellas, porque estoy dedicada a hacer exactamente lo que me gusta.

Más bien, me he puesto en la tarea de organizar una rutina en la que cada cosa tenga su momento. Y lo he ido logrando, poco a poco.

Markota ha sido el gran damnificado; ni siquiera he podido sentarme a contestar con calma los comentarios de mis amigos. Pero aquí estoy de nuevo. Espero poder retomar la escritura en este espacio, aunque por un tiempo no lo pueda hacer con la misma regularidad de otros momentos.


Un punto de vista muy personal

Este es el blog de Marta Restrepo. En él se expresan todas las Martas que me habitan: la racional, la emocional y todas sus subdivisiones.

Algo sobre mí

Entrevista en equinoXio, en la columna de Lully: "Al desnudo en mi balcón".

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