Archive for the 'Animal humano' Category

¡Qué vivan los cacerolazos!

Me encanta ese recién descubierto poder que ejercen los cacerolazos. Son manifestaciones inocultables, pacíficas y espontáneas, pero contundentes, de personas comunes y corrientes que se asoman por las ventanas de sus propias casas y que salen a sus propias calles a protestar de forma estruendosa. Un consenso a golpes de cacerola.

¿El contraataque? Los actos vandálicos que empezaron a presentarse al final del primer día (#21N). ¿Orquestados y ejecutados por quién? En todo caso no por la masa que temprano salió festiva a marchar.

Con los repetidos cacerolazos, los cacerolistas han desvirtuado los argumentos del perturbado aprendiz que hoy funge como cabeza de este gobierno –y de los que tras bambalinas dirigen los hilos del Estado–. Los argumentos de un libreteado aprendiz que, prestándose a jugar juegos paralelos, por un lado ha salido a decir que va a «dialogar», pero por otro, en la práctica se ha hecho el de la vista gorda con el origen de esos actos vandálicos que han buscado deslegitimar la validez de las protestas de la masa anónima que durante estos días ha salido a marchar de forma legal y cívica.

A esto se suma el que, para distorsionar lo vivido a lo largo y ancho del país, los interesados en fomentar esa deslegitimación han contado con el apoyo del filtro informativo (¿propagandístico?) de medios masivos afines a sus intereses, que en sus franjas de información han ignorado la fiesta que antecedió a esos actos de violencia y se han enfocado en los actos vandálicos. ¿Para justificar la campaña de amedrentamiento emprendida en los días anteriores a la marcha y al paro?

Y ni hablar del filtro de los seguidores del jefe del partido de gobierno, que ahora son una indiscutible minoría (así lo muestran las urnas), pero que a través de las redes sociales han hecho de cajas de resonancia de los actos vandálicos de dudosa procedencia que empañaron el final de las primeras jornadas. Aclaro que, sin duda, muchos de esos seguidores del jefe del partido de gobierno son unas excelentes personas, que cumplen con sus obligaciones morales, cívicas, familiares. Lo sé, sin duda, porque algunos de ellos forman parte de mi familia y de mi círculo de amigos.

Pero volvamos a los cacerolazos. Esos, en esencia pacíficos pero contundentes, esos, ¡son inocultables e indistorsionables! ¡Qué vivan los cacerolazos!

El guion oculto de lo que ocurre en Venezuela

Sabemos que, al igual que en cualquier proceso histórico, solo el tiempo irá permitiendo que los móviles y el efecto de los sucesos en Venezuela se decanten, que el rompecabezas se vaya armando y que se aclaren los guiones ocultos, incluido el que hay tras la forma como se ha venido divulgando la información en algunos medios colombianos.

En estas situaciones (y en las que revistan algún interés), uno toma posición (a pesar del deseo o de la intención como comunicador de pretender ser imparcial), y eso no es ni malo ni bueno, es inherente a la naturaleza humana. La realidad vista de cerca se parece a la historia de los seis ciegos y el elefante, y lo que ocurre en Venezuela no es la excepción:

Imagen

http://www.edualter.org/material/euskadi/elefante.htm

Lo que ocurre en Venezuela es un hecho inocultable, las protestas son multitudinarias, y eso refleja que el descontento es real. Puede que no sea de la población total, pero es un hecho. Y, al igual que Maduro miente e intenta negar los hechos y desviar la atención convirtiendo a Colombia en el objeto del conflicto en un esfuerzo inútil por cambiar el rumbo de la realidad, hay medios extranjeros interesados en enardecer el descontento de los venezolanos, con una actitud que suena más a retaliación que a un interés transparente por querer informar de manera equilibrada.

Que haya fracciones del ejército nuestro o algún grupo non sancto de colombianos interesados en contribuir a impulsar las revueltas no es de extrañar, sabemos que «En río revuelto, ganancia de pescadores», y que a partir de algunos fragmentos de las grabaciones de las chuzadas del Ejército se ha podido observar descontento en una parte de las filas frente a la salida negociada en Colombia (me refiero al proceso de paz  nuestro).

La guerra es un negocio, y firmar la paz en Colombia, aunque no significa que al día siguiente todos vamos a amanecer amándonos como hermanitos, sí es el principio de un largo proceso que demanda años de justicia transicional y de persistentes esfuerzos por sanar las heridas, pero al mismo tiempo, en el que, como consecuencia natural, debería reducirse significativamente el presupuesto destinado a la guerra.

La paz significa que muchos ganan, pero otros pierden: pierden tanto los beneficiarios de los multimillonarios contratos relacionados con todo tipo de insumos para la guerra, como quienes libran la batalla ideológica para la perpetuación de esta, y quieren la aniquilación de los opositores por vías violentas. Romper relaciones con Venezuela podría convertirse en un obstáculo para el proceso de paz, y eso lo saben los que saben cómo es que se hace la guerra y quieren mantenerla.

En Venezuela también hay en juego intereses de peso desde otros frentes extranjeros, adicionales a estos que aquí menciono, como la distribución de las cuotas en el abastecimiento de petróleo, el empoderamiento en Venezuela de potencias extranjeras ajenas a los intereses de otras potencias de la región, y que están situadas en diferentes extremos ideológicos (y económicos), la razón de fondo de la llamativa inversión en armamento hecha por Venezuela en los últimos años (desde los tiempos del «pajarito» que le habla al oído a Maduro), en fin, que forman parte del guion oculto en este conflicto.

Total, la metáfora de los seis ciegos y el elefante viene como anillo al dedo para darle una perspectiva más clara a esto que está ocurriendo en Venezuela.

En cuanto a Maduro, como ya lo sabemos, está intentando apelar al viejo truco de tratar de desviar la atención por medio de la creación de un enemigo externo (Colombia) y de la provocación con ataques verbales, para engancharnos en el juego. ¿El Gobierno le comprará el boleto? Mi deseo es que no.

El deber cumplido (un cuento)

Esta tarde el presidente de la fábrica de armas de largo alcance apagó satisfecho el computador de la oficina.

El nuevo conflicto armado estaba cobrando más fuerza de lo proyectado, las gestiones de mercadeo y ventas estaban arrojando excelentes resultados y sus clientes habían incrementado sensiblemente el volumen de los pedidos. Ahora el lío había sido reajustar con sus sabios el plan de compras de insumos y materias primas y, además, reestructurar todo el programa de producción. Pero subcontratando procesos, comprando con buenos descuentos a otros productores de menor tamaño y reajustando aquí y allá, habían ido obteniendo el stock para cumplir con el 100 % de los pedidos.

Ahora el nuevo presupuesto del trimestre –y todo parecía indicar que también el del semestre– se iba a cumplir con holgura.

Pocas cosas comparadas con la satisfacción del deber cumplido. Esta noche pensaba celebrar discretamente en familia: con su esposa y sus tres angelicales hijitos.

La mujer salvaje

Llevo varios años leyéndolo. O, mejor, lo he leído varias veces en los últimos seis, tal vez siete, años. Y, como ocurre con las cosas buenas, cada vez que me aventuro en alguna de sus páginas me sumerjo y empiezo a bucear en el camino hacia mí misma. Hablo del libro Mujeres que corren con los lobos, de la sicoanalista junguiana Clarissa Pinkola Estés. ¿Sicoanalista? ¿Además, junguiana? Sí. Esto, que va en contravía de algunas de mis más antiguas creencias, se hace a un lado, porque basta leerlo para saber que la autora conoce la sicología femenina. Seguir leyendo ‘La mujer salvaje’

«El Islote a mediodía»

Lo supe por accidente hace algunos años, mientras recorría con un grupo de amigos este archipiélago de diez islas que emergen erráticas desde las profundidades del Golfo de Morrosquillo: El lugar más densamente poblado del planeta es una de las islas de San Bernardo, en el Caribe colombiano, llamada Santa Cruz del Islote o, simplemente, El Islote, del cual guardo un recuerdo vago. Este lugar queda al frente del municipio Rincón, adonde he ido en varias oportunidades.

El dato podría pasar desapercibido si no fuera por las particularidades que acompañan a este record que, según afirma Conexión colombia, pertenece al chovinismo estadístico colombiano.

Conocido como «El islote de los niños», tiene un área de 1200 metros cuadrados (aunque  el 13 de febrero de 2009 leí en Wikipedia que el área no es esta, sino que tiene 10 000 mt2, es decir, una hectárea) en los que conviven 1297 personas, de las cuales 400islote.jpg son niños; es decir, tienen un poco menos de un metro cuadrado por habitante. 1200 metros son la quinta parte de una manzana (una manzana tiene un área de 6400 metros), en los que 97 familias viven en igual número de casas, es decir, un promedio de 11,6 personas por vivienda. Y se trata de convivencia en el sentido estricto de la palabra: Al «pueblo», de construcciones pegadas una contra la otra, se ingresaba (al menos cuando fui) a través del corredor de una casa. Seguir leyendo ‘«El Islote a mediodía»’

¿Es la especie humana superior a los otros animales?

¿Somos o no somos superiores los que pertenecemos a la especie humana por el hecho de poseer intelecto y conciencia? Buena pregunta. Yo creo que, desde el punto de vista biológico, somos una especie más y que nuestro cerebro ha sido un arma de doble filo.

Los lenguajes innatos con los que está dotada la especie humana, y los que la evolución cultural ha ido construyendo, sumados a la autoconciencia, la forma de inteligencia que nos caracteriza y la capacidad de manipular herramientas para lograr complejos objetivos son algunas de las estrategias para la supervivencia que se desbordaron de su ventaja adaptativa inicial.

El sueño de que somos superiores lo ha fabricado el mismo homo sapiens, específicamente esa parte de nuestra especie que se formó en la ideología del mundo occidental cristiano. Seguir leyendo ‘¿Es la especie humana superior a los otros animales?’

¿Por qué será que nunca he podido ver un OVNI?

Nunca he podido ver un Ovni. Tal vez es porque es muy poco probable que existan (por no decir que, por ley deOvni probabilidades, es prácticamente imposible). O porque creo que son un producto de la fantasía. Y aquí ocurre como con los fantasmas y con tantas otras cosas de la vida: para ver, hay que creer. O estar dispuesto a hacerlo. Yo estuve a punto de ver uno; pero no lo vi.

¿Por qué no existen los Ovnis? Esto lo explica con argumentos el Físico y profesor Jorge Zuluaga en un artículo publicado en su blog Astro-Physics Today. El artículo, titulado: OVNI: Objetos Voladores Neciamente Identificados, rebate con argumentos la probabilidad de que existan este tipo de seres y naves.

UFOConozco a varias personas que aseguran haber visto fantasmas y ovnis. Una de mis hermanas, no voy a decir cuál, pero tengo permiso de ella para contar la historia, está convencida de haber visto un OVNI. Con toda seriedad quiero aclarar que mi hermana no duda de lo que dice, que es completamente sincera al contar su experiencia y que no ha necesitado inventar historias fabulosas para llamar la atención.

Ocurrió hace muchos años, en una limpia y despejada noche, en el oscuro barrio donde nos criamos, que en ese entonces quedaba en las afueras de Medellín (el voraz crecimiento de la ciudad hace rato se tragó mi barrio, casi sin que nos diéramos cuenta de cuándo y cómo ocurrió). Como no me acordaba muy bien de esa noche, solo recordaba que ella estaba muy pálida y asustada, la acabo de llamar para que me refresque la historia, y es ésta:

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Una reflexión sobre la Lengua

Los invito a leer el artículo que escribí para equinoXio, titulado «La Lengua me tiene de la lengua».


Un punto de vista muy personal

Este es el blog de Marta Restrepo. En él se expresan todas las Martas que me habitan: la racional, la emocional y todas sus subdivisiones.

Algo sobre mí

Entrevista en equinoXio, en la columna de Lully: "Al desnudo en mi balcón".

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