Archivo de febrero 2014

El guion oculto de lo que ocurre en Venezuela

Sabemos que, al igual que en cualquier proceso histórico, solo el tiempo irá permitiendo que los móviles y el efecto de los sucesos en Venezuela se decanten, que el rompecabezas se vaya armando y que se aclaren los guiones ocultos, incluido el que hay tras la forma como se ha venido divulgando la información en algunos medios colombianos.

En estas situaciones (y en las que revistan algún interés), uno toma posición (a pesar del deseo o de la intención como comunicador de pretender ser imparcial), y eso no es ni malo ni bueno, es inherente a la naturaleza humana. La realidad vista de cerca se parece a la historia de los seis ciegos y el elefante, y lo que ocurre en Venezuela no es la excepción:

Imagen

http://www.edualter.org/material/euskadi/elefante.htm

Lo que ocurre en Venezuela es un hecho inocultable, las protestas son multitudinarias, y eso refleja que el descontento es real. Puede que no sea de la población total, pero es un hecho. Y, al igual que Maduro miente e intenta negar los hechos y desviar la atención convirtiendo a Colombia en el objeto del conflicto en un esfuerzo inútil por cambiar el rumbo de la realidad, hay medios extranjeros interesados en enardecer el descontento de los venezolanos, con una actitud que suena más a retaliación que a un interés transparente por querer informar de manera equilibrada.

Que haya fracciones del ejército nuestro o algún grupo non sancto de colombianos interesados en contribuir a impulsar las revueltas no es de extrañar, sabemos que «En río revuelto, ganancia de pescadores», y que a partir de algunos fragmentos de las grabaciones de las chuzadas del Ejército se ha podido observar descontento en una parte de las filas frente a la salida negociada en Colombia (me refiero al proceso de paz  nuestro).

La guerra es un negocio, y firmar la paz en Colombia, aunque no significa que al día siguiente todos vamos a amanecer amándonos como hermanitos, sí es el principio de un largo proceso que demanda años de justicia transicional y de persistentes esfuerzos por sanar las heridas, pero al mismo tiempo, en el que, como consecuencia natural, debería reducirse significativamente el presupuesto destinado a la guerra.

La paz significa que muchos ganan, pero otros pierden: pierden tanto los beneficiarios de los multimillonarios contratos relacionados con todo tipo de insumos para la guerra, como quienes libran la batalla ideológica para la perpetuación de esta, y quieren la aniquilación de los opositores por vías violentas. Romper relaciones con Venezuela podría convertirse en un obstáculo para el proceso de paz, y eso lo saben los que saben cómo es que se hace la guerra y quieren mantenerla.

En Venezuela también hay en juego intereses de peso desde otros frentes extranjeros, adicionales a estos que aquí menciono, como la distribución de las cuotas en el abastecimiento de petróleo, el empoderamiento en Venezuela de potencias extranjeras ajenas a los intereses de otras potencias de la región, y que están situadas en diferentes extremos ideológicos (y económicos), la razón de fondo de la llamativa inversión en armamento hecha por Venezuela en los últimos años (desde los tiempos del «pajarito» que le habla al oído a Maduro), en fin, que forman parte del guion oculto en este conflicto.

Total, la metáfora de los seis ciegos y el elefante viene como anillo al dedo para darle una perspectiva más clara a esto que está ocurriendo en Venezuela.

En cuanto a Maduro, como ya lo sabemos, está intentando apelar al viejo truco de tratar de desviar la atención por medio de la creación de un enemigo externo (Colombia) y de la provocación con ataques verbales, para engancharnos en el juego. ¿El Gobierno le comprará el boleto? Mi deseo es que no.


Un punto de vista muy personal

Este es el blog de Marta Restrepo. En él se expresan todas las Martas que me habitan: la racional, la emocional y todas sus subdivisiones.

Algo sobre mí

Entrevista en equinoXio, en la columna de Lully: "Al desnudo en mi balcón".

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