Cuando algún medio masivo de comunicación (específicamente para el caso colombiano) usa sistemáticamente términos como: «el presidente Uribe», para referirse al expresidente Uribe, y «grupo terrorista de las Farc», para referise a las Farc (que de hecho sí lo son, pero repetirlo sistemáticamente denota una intencionalidad que no es gratuita en un comunicador que conoce el efecto de la repetición), denota una estrategia calculada que forma parte de una agenda política. Los directores de medios o los editores que indican el uso de estas expresiones saben qué buscan lograr en quienes los oyen (radio), en quienes los ven (televisión) y en quienes los leen (medios impresos), y esto es no es para nada ético.