¿Dar o no dar limosnas para acallar la conciencia? Esa es la cuestión

Estuve de visita en La otra agenda, leyendo un post llamado ¿Es responsable la responsabilidad social corporativa? Y mientras transitaba por allí se me vino de frente el tema de la mendicidad, específicamente en Colombia…

Yo no doy limosnas. No estoy de acuerdo con los que se sienten con la conciencia en paz luego de dar una limosna por la rendija de la entrecerrada ventanilla del carro. Esta ha sido una vieja discusión que he sostenido con una amiga que tiene un gran corazón, y que por ello mismo no alcanza a vislumbrar el daño que sus “buenas acciones” le hacen a todos esos niños o adultos que se paran en los semáforos con una actitud tan lastimera que a veces logran conmover al corazón más duro.

Porque detrás de esta escena cruel se oculta una realidad peor aún y es la del negocio de la mendicidad, que encadena a estos seres que acusadores en su impotencia con la mano extendida nos miran directamente a los ojos y que, sin saberlo, son eslabones de un negocio millonario que involucra tanto la trata de personas como la explotación infantil.

Hace algún tiempo entrevisté al director de una entidad destinada al trabajo con discapacitados, en Colombia. Se trata de un hombre valiosísimo que ha hecho una labor efectiva sobre la percepción, las relaciones y el manejo de los discapacitados en todas las esferas de la sociedad. En nuestra conversación le pregunté por los mendigos discapacitados y me dijo que algunos de ellos tenían más de una buena silla de ruedas o modernos aparatos ortopédicos, pero que los dejaban guardados en sus casas, para salir a ejercer la mendicidad, porque ésta es un negocio. Me explicó que, inclusive, a veces estas personas tienen que salir a pedir, presionadas por sus propias familias.

Yo le propuse que hiciéramos una investigación sobre el problema social de la mendicidad como negocio y él me respondió que él lo hacía, si yo estaba dispuesta a correr el riesgo de que me mataran, porque, aseguró: “la mendicidad es una mafia, hay mafiosos de la mendicidad, este es un negocio millonario”, y los niños son víctimas de estas mafias. Me dijo que, para ponerme un solo ejemplo, las esquinas tienen dueño, y que para mendigar hay que pagar una especie de «derecho».

¿Cuántos mendigos vagan por las calles de Colombia? Ahora que estoy buscando fuentes con información reciente, material de apoyo para escribir este artículo, ¡no he podido encontrar cifras o estadísticas globales sobre mendicidad en Colombia! ¿Cuál es la razón? No lo sé. ¿Será que no hay ninguna investigación? Si algún lector de los que transitan por aquí tiene algunas, bienvenidas sean.

Las hay sobre desplazamiento, sobre niños trabajadores en Colombia (¡2 millones y medio de niños!), sobre consumo de sustancias adictivas, sobre trata de personas (que incluye la mendicidad entre sus modalidades), sobre prostitución, y sobre otros problemas sociales relacionados, que son tan terribles como el de la mendicidad, pero que no presentan la mendicidad como problema global.

De todos modos, las cifras son escalofriantes: según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en Colombia unos 30 000 niños son forzados por diversas razones a practicar la mendicidad; y, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alrededor de 35 000 niños, son víctimas de la explotación sexual.

Según datos de la Secretaría de Bienestar Social de la Alcaldía de Medellín, hay padres de familia y adultos que por $15.000 (más o menos siete dólares) alquilan a sus menores de edad, por períodos diarios de cuatro horas, durante los cinco días de la semana, ¡para que pidan limosna en la calle!; que hay madres que entregan a sus hijas de entre siete y 13 años de edad, por $3.500 (1,6 dólares), ¡para que tengan relaciones sexuales con otros habitantes de la calle!

Todo esto ocurre frente a nuestras narices, camuflado de venta de chicles, de limpieza del limpiaparabrisas del carro y de manos extendidas cuando los semáforos están en rojo. ¡Estas cifras quitan el aire!.

En una ponencia llamada “Percepciones sobre la mendicidad”, que en 2004 presentó Martha Pinilla en un foro que organizó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la expositora afirma que:

Lo que más llama la atención es el fenómeno de los niños de la calle, que insólitamente se ha convertido en cotidianidad y que los ciudadanos miramos en el mejor de los casos con impotencia, compasión o indiferencia, cuando no con desprecio, cólera o repulsión, hacia los mismos niños.

Muchas son las formas de esta nueva mendicidad que encontramos:

Es frecuente la forma de explotación en la cual, un adulto, supuestamente la madre está con los niños, uno o varios menores de 5 años y hasta de meses en los semáforos o sitios concurridos, para despertar la sensibilidad de la gente y lograr limosna.

Otros venden dulces en los buses o en las calles, otros mayorcitos y adolescentes limpian vidrios o cuidan carros (esto último es más de adultos) y ahora está propagándose rápidamente la explotación a través del malabarismo.

No deja de haber opiniones encontradas sobre si dar o no dar a estos niños o si se trata de trabajo y no de mendicidad.

Algunos opinan que no hay que dar a los niños porque eso sería apoyar la explotación y favorecer para que ella aumente.

Otros consideran que al menos algunas de estas formas como la venta de caramelos, la limpieza de vidrios o el malabarismo son aunque humildes, formas de trabajo y como tal hay que permitirlo porque con ello se ayuda a conseguir el sustento de la familia.

Pero también está el problema de la «Trata de personas». Según la campaña que desde 2003 emprendieron la Embajada de los Países Bajos, la Presidencia de la República y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Trata de personas:

Es una forma moderna de esclavitud. Es el comercio de seres humanos ya sean mujeres, niños o hombres, la captación, transporte, traslado, la acogida o la recepción de personas recurriendo a la amenaza o la fuerza o a otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o a beneficios con fines de explotación.

¿QUIÉNES SON LAS VÍCTIMAS?

Hombres, mujeres y menores que son reclutados, transportados, comprados,vendidos, transferidos, recibidos o alojados de manera forzada. La mayoría de las víctimas no acuden a las autoridades por temor a represalias, ser encarceladas o deportadas.

¿QUIÉN ES EL TRATANTE?

Es la persona o la red que se aprovecha de las necesidades de los demás y explota los sueños de quienes viven en la pobreza y buscan una vida mejor. El tratante se dedica a la captación, al transporte de personas; quienes ejercen control sobre las víctimas; quienes las trasladan o las mantienen en situación de explotación y quienes usan la amenaza, la intimidación y la violencia para obtener beneficios. Hay Tratantes que actúan independientemente y otros que hacen parte de redes criminales ya organizadas.

Hay verdades que preferiría que fueran mentiras, que no existieran. Y estas que aquí narro, son algunas de ésas. Pero ahí están y son horrorosas. –¿Yo qué puedo hacer? –me pregunto.

En todo caso, la solución no está en dar limosna. Este gesto puede que acalle la conciencia, pero es un grano de arena que contribuye a agravar el problema social y a robustecer estas mafias. ¿Qué hacer, entonces? ¿Dar o no dar limosna? Lo primero sería gritarle a este y a todos los Gobiernos para que hagan algo al respecto, que emprendan acciones reales para proteger al menos a los niños.

En lo personal, lo mejor sería tal vez dar una beca, asumir la educación de un menor en proceso de rehabilitación o brindar algún tipo de apoyo a instituciones que trabajan en contra de la mendicidad y a favor de la reinserción social. Pero esto requiere hacer un esfuerzo… ¿Estoy dispuesta a hacerlo? Esa es la cuestión.

NOTA POSTERIOR:Mendicidad
Por sugerencia de Galo, inserto aquí una de las imágenes de la campaña que está haciendo la Alcaldía de Medellín, para combatir la mendicidad. En la página del enlace hay más información e imágenes.


24 Respuestas to “¿Dar o no dar limosnas para acallar la conciencia? Esa es la cuestión”


  1. 1 Jota abril 16, 2007 a las 12:05 am

    Absolutamente de acuerdo. Yo también dejé de dar limosna cuando me enteré hace ya varios años que eso era un negocio. Y tremendo negocio, porque muchos hacen más que el sueldo mínimo, y por eso prefieren estar unas horas en la calle, sin cumplir horario, sin un jefe que los trate mal y de ñapa haciendo más plata. Además, surge entonces la idea: para qué trabajar si todo lo puedo obtener pidiendo? Es un problema sumamente grave y empeorado porque todos esos niños que piden limosna serán adultos que pedirán y a su vez tendrán más niños para continuar con el negocio.

  2. 2 alejopz abril 16, 2007 a las 1:39 am

    Muy de acuerdo lo que acá escribes. En Cali el problema crece, incluso hay por ahí un correo donde se habla de esta situación y donde se le pide a los caleños no dar limosnas.

  3. 3 Galo abril 16, 2007 a las 4:53 pm

    Totalmente de acuerdo con vos. Realmente cuando alguien da limosnas está contribuyendo a agravar el problema. La campaña de la Alcaldía de Medellín es buenísima, hace falta una mayor difusión de la misma. Un abrazo para vos.

  4. 4 freyja abril 17, 2007 a las 5:28 am

    Querida Markota
    ahora entiendo mas la entrevista, eres tu la que siempre entrevista y hubo un viceversa que me hizo conocerte como entrevistada, periodista y poeta
    me gusto muchisimo aqui
    en cuanto al tema de dar o no dar limosmas, en casi todas partes sucede lo mismo, pero siempre se rescantan buenas instituciones que ayudan mucho sobre todo a niños y ancianos
    hasta el momento no he dejado de creer en el ser humano y sigo ayudando
    gracias por tus bellos saludos en Freyja
    Verena y Freyja logran de alguna forma danzar con las letras vestidas de amor y sueños
    que sea una linda semana y nos seguiremos encontrando
    un abrazo muy grande y que estes muy bien
    besitos

    besos y sueños

  5. 5 astrolabio-jsa abril 17, 2007 a las 7:36 pm

    Si mal no recuerdo, cuando estuve en El Tiempo una colega de la sección Bogotá hizo un artículo que me removió el alma: una madre alquilaba a su bebé para que otra señora fuera a pedir limosna con él cargado, de modo que ambas ganaban: una, por el alquiler, y la otra, por los ingresos de las limosnas. A ninguna de las dos le pareció que eso atentaba contra la dignidad humana del bebé o era una especie de comercio humano. Solo querían tener un ingreso, y de esa manera lo obtenían.
    Creo, como anotas Markota al final del post, que hace falta una decisión de política pública para manejar la desecolaridad y fenómenos como la mendicidad.
    Confieso que esporádicamente rompo mi norma y doy monedas. Debo corregir esta flaqueza. Saludo fraterno.

  6. 6 Sandel abril 18, 2007 a las 6:56 pm

    En general no doy limosnas, salvo a un buen guitarrista o acordeonista callejero. En el metro de Bruselas, como en el de París, tienen que pasar una audición para poder ‘ejercer’. Hay también una campaña de “limpieza” para con los pordioseros. Una vez no tenía sino unas cuantas monedas y el “personaje” me las tiró en la cara. He sido benévolo en algunas ocasiones para una que otra obra social aunque debería colaborar más $$$ con algún proyecto, estilo Plan Padrinos, etc. Saludos2

  7. 7 Germán A. Quimbayo abril 19, 2007 a las 7:41 pm

    Hola Marta!!

    Que buen post. Me pasa lo mismo de Julio. Es una realidad muy dura. Aunque se deben identificar muy bien ese tipo de organizaciones, pues no se debe generalizar a todos los mendigos.

    Va a sonar duro, pero la mendicidad se ve en muchos niveles de la sociedad colombiana. Eso se puede confirmar, en que el colombiano generalmente prefiere la ley del menor esfuerzo para todo en la vida. Ese es otro nivel de mendicidad.

    Saludos

  8. 8 lully abril 23, 2007 a las 1:57 am

    hola Markotica, tiempo sin hablarnos, te he extrañado.

    Nunca he profundizado en el tema de las limosnas. Sin embargo, habré dado si acaso tres veces en toda mi vida. Nunca lo volví a hacer, me formé esa percepción de lo que planteas.

    Interesante todo lo que planteas y un gran mensaje para quienes dirigen este país porque debiera de reglamentarse a un alto nivel gubernamental.

    Un abrazo afectuoso!

  9. 9 lully abril 23, 2007 a las 1:58 am

    Ah!! nosotros podemos hacer lo que dice Galo, nuestro querido Galo, y es difundir esta campaña de la Alcaldia.
    Otro saludito!

  10. 10 caminante77 abril 25, 2007 a las 2:35 pm

    Si he dado limosnas -pocas veces y algunas por evitar un atraco-, pero estoy de acuerdo en la idea de no dar limosnas, esto genera un circulo vicioso que no promete desarrollo puesto que al que menos ayuda es al que la pide y necesita, y menos si son ninos, los ninos deberian estar estudiando y jugando, y aunque entiendo la situacion colombiana, es necesario no promover esta practica.
    Buen camino!!

  11. 11 Dr Dummummupp abril 27, 2007 a las 2:29 pm

    Hola profe Markota.

    Me parece excelente el artículo porque tiene muchísimo contenido. Sobre la mafia de los mendigos hay una obra de teatro de Bertolt Brecht que se llama «la ópera de los dos centavos» que la describe como es en Nueva York de los años 40. Y también me acuerdo de algun par de pelaos que conozco, que suelen gastarse la plata que recolectan en un casino del parque de Envigado. A uno le parece extraño quese pueda conseguir tanta plata de monedita en monedita

  12. 13 Dr Dummummupp abril 27, 2007 a las 2:31 pm

    Bueno y también se me olvidó decir -pero vos ya lo dijiste -que una persona que vive de la lástima ajena pierde su dignidad, y eso significa perder todo lo que a uno lo hace humano. También hay otra obra de Brecht -trabajó mucho a los pobres en sus obras -que se llama «Santa Juana de los mataderos» y es bien descriptiva del pensamiento del pobre y del asalariado

  13. 14 Dr Drummummupp abril 27, 2007 a las 2:33 pm

    SI decide poner en marcha una investigación sobre el particular, me apunto para apoyarla profe

  14. 15 Mornatur Arquenóro abril 30, 2007 a las 4:59 pm

    Antes había intentado comentar aquí… estaba haciéndolo el jueves en la mañana…

    Y entonces había relatado con pelos y señales la historia de una pareja de discapacitados – popularmente conocidos en mi ciudad como los «Nada qué ver» – que haciendo bulla con dos tarros de lata se hacían un sueldazo hace diez años. Hoy la preocupación es por el espectáculo que tuve que ver esta mañana: veinte o más habitantes de la calle de la ciudad de Pereira recién desembarcados de un camión en una de nuestras avenidas. Bonita manera de deshacerse del problema.

    Lo más grave es que en una conversación de mi esposa-ángel la semana pasada con el Secretario de Gobierno de la Alcaldía, resultó evidente que la administración municipal conoce el problema, pero no puede mover un dedo por motivos políticos.

    Carajo, hasta los más desprotegidos no son más que herramientas…

  15. 16 Marta Lucía Restrepo agosto 25, 2007 a las 5:21 pm

    Hola, Mornatur, aunque es muuuy tarde para contestarte, ya sabrás que este comentario me motivó a escribir la segunda parte de este artículo.

    Un abrazo.

  16. 17 yssik octubre 12, 2007 a las 6:21 pm

    definitivamente no es un asunto de dar o no dar, el gobierno en verdad en vez de estar perdiendo el tiempo en cosas vanas , deberia velar por estas cosas y no evadirlas con un » ESTAMOS TRABAJANDO EN ESO» por que si fuese asi por que tantos niños aprovecahados? no es justo que el tan llamado futuro de Colombia se este destruyendo de esta forma

  17. 18 Manuel Mella julio 3, 2010 a las 9:16 pm

    Hola cómo estas felicito su iniciativa y es tiempo de convertirnos todos en portavoz de esta causa ya que nuestros gobiernos ven con indiferencia esta problematica y no se involucran en un real y verdadero proyecto que vaya en auxilio de los más necesitados me gustaria establecer contacto con ustedes ya que estoy elaborando un proyecto atravez de una institución en mi país para rescatar esos niños de las calles y tambien el problema de la desercion escolar y sancionar con medidas drasticas a los padres iresponsable asi que necesito toda la ayuda necesaria gracias Dios te bendiga ML.Mella Rep.Dom.

  18. 19 YUREINY DUCUARA GONZALEZ noviembre 16, 2010 a las 11:07 pm

    HOLA ESTOY MUY INTERESADA EN TU ARTICULO. PODRIAS POR FAVOR DARME TU NOMBRE COMPLETO Y FECHA DE PUBLICACION PARA REALIZAR UNA CITAS TEXTUALES A UNA INVESTIGACIÓN EN INTERVENCIÓN QUE ESTOY HACIENDO SOBRE ESTA PROBLEMATICA EN COLOMBIA.
    GRACIAS…YUREINY DUCUARA GONZALEZ.

  19. 20 gloria lezcano marzo 11, 2011 a las 4:10 pm

    hola

    quiero llevar la idea a una jornada en mi universiad
    ¿como me puedes ayudar?

    se presentaran proyectos y me gusta este gracias

  20. 21 Diana yulieth lopez paez septiembre 9, 2011 a las 9:21 pm

    HOLA ESTOY MUY INTERESADA EN TU ARTICULO. PODRIAS POR FAVOR DARME TU NOMBRE COMPLETO Y FECHA DE PUBLICACION PARA REALIZAR UNA CITAS .
    muchas gracias

  21. 22 Jaesmir octubre 8, 2011 a las 6:06 pm

    Desde mi punto de vista la idea no es solo pensar si dar o no dar limona, el asunto va más halla. se requiere implementar una nueva iniciativa para tratar de vincular a estas personas a otros espacios, debido a que llegara a la generalización me parece que no es lo correcto, se requiren estudios de caso para entender que realmente sucede con la población infantil y poder llegara a verificar si precisamente existe alguna problematica de explotación laboral, sexual, o si simplemente esta obedece a otras circunstancias como la falta de oportunidades.

  22. 23 ARLEZ MUÑOZ octubre 26, 2011 a las 4:16 am

    SI ESTOY DE ACUERDO CON MUCHOS COMENTARIOS, SOY ESTUDIANTE DE MARKETING Y EN LA CLASE DE MARKETING SOCIAL, VALGA LA REBUNDANCIA, NOS HEMOS PROPUESTO CON OTRO COMPAÑERO A CREAR UNA CAMPAÑA PARA TRATAR DE CONCIENTIZAR A LA GENTE QUE NO DE LIMOSNAS A NIÑOS, YA QUE LES ESTAN HACIENDO UN MAL; LA CAMPAÑA LA HEMOS DENOMINADO «NO ME AYUDES PARA EL MOMENTO, AYUDAME PARA EL FUTURO». SI ALGUNO DE USTEDES QUIERE UNIRSE A LA CAUSA SON BIENVENIDOS, LA IDEA ES QUE ENTRE TODOS APORTEMOS IDEAS PARA DESARROLLAR LA CAMPAÑA Y QUE IMPACTE EN LA COMUNIDAD; Y ASI MITIGAR UN POCO ESTE PROBLEMA SOCIAL QUE DIA A DIA CRECE Y SE LE SALIO DE LAS MANOS A NUESTRO GOBIERNO.

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Este es el blog de Marta Restrepo. En él se expresan todas las Martas que me habitan: la racional, la emocional y todas sus subdivisiones.

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