Las nuevas siete maravillas del mundo

Tres maravillas hispanoamericanas construidas por el hombre están entre las 21 finalistas del concurso «Las Nuevas Siete Maravillas del Mundo»(New 7 Wonders), que ideó un suizo llamado Bernard Weber. Se trata de la pirámide Mexicana de Chichén Itzá, las ruinas de Machu Picchu, en el Perú, y las Estatuas de la Isla de Pascua, en Chile. La votación, realizada por internet, en mayo superaba los 45 millones de votos.

La lista completa de las 21 maravillas finalistas, que incluye la Torre Eiffel (Francia), las pirámides de Egipto (sobrevivientes de las maravillas del mundo antiguo), La Alhambra (España), el Taj Mahal (India), etc., está en la página oficial del concurso.

Al parecer, la avalancha de personas que quieren votar se ha disparado de tal forma en los últimos días, el plazo vence el siete de julio, que la página oficial de este concurso restringió la publicación permanente del ranking. Los resultados finales serán divulgados ese mismo día en Lisboa, Portugal.

Este evento, que cuenta con el apoyo de la Unesco, se ha convertido en un negocio que incluye tour por las maravillas, canción oficial del concurso, camisetas, morrales y los infaltables mugs, por mencionar algunos artículos.

Por asuntos de mi trabajo en los últimos días he hecho un recorrido virtual por las maravillas de cada uno de los países hispanoamericanos, en las que se combinan las naturales y las construidas por el hombre, y me he encontrado con lugares mágicos y misteriosos. Estas pesquisas me han despertado deseos por conocer sitios bautizados con nombres tan sonoros que ponen a volar mi imaginación, como Semuc Champei, el río guatemaltco que en un lugar inesperado en medio del bosque se hunde y se pierde en las profundidades de la tierra. Este lugar azarosamente sereno me evoca a «Angosta», la novela de Héctor Abad.

Me he enamorado de la pirámide de Chichén Itzá y de la leyenda de la serpiente emplumada, que todos los años, durante los equinoccios del 21 marzo y el 22 de septiembre, cuenta la acariciante luz del sol mientras desciende al atardecer por sus precisas y preciosas escalinatas.

También del helado glaciar Perito Moreno, que comparten Argentina y Chile en el extremo sur de La Patagonia. Leí en internet que este glaciar tiene dos millones de años de antigüedad y que, además de su imponente belleza, se caracteriza porque de sus paredes, que tienen una altura de 60 metros en el frente, se desprenden enormes masas de hielo que al precipitarse producen un estruendo comparable al de los truenos.

Estoy hechizada por las Estatuas (Moais) de la Isla de Pascua, en Chile. Se cree que estas figuras, talladas en piedra volcánica, fueron elaboradas hace unos 500 años por habitantes polinesios de la isla.

Me encantaría poder tomar un morral e irme a recorrer y ver con mis propios ojos estas y otras bellezas que están esparcidas como puntos luminosos por la geografía hispanoamericana. Después seguiría con las del resto del mundo.

La realidad es tan asombrosa que de verdad no entiendo por qué hay personas que necesitan buscar magia en dimensiones especulativas y en planos fantasiosos…